Gracias a una red de sensores radar, el sistema es capaz de optimizar el uso del espacio disponible para aparcamientos.
El modelo, que ya se está probando en la ciudad de Múnich, pretende ampliar su cobertura en la ciudad el próximo verano. Su funcionamiento se basa en la colocación de una red de sensores en puntos elevados, que monitorizan el espacio urbano y envían la información a un centro de control. De esta forma, se reduce la congestión al reducir el tiempo de búsqueda de aparcamiento, a la vez que se ahorra en combustible y se consigue una disminución de las emisiones.