Ante las pérdidas anunciadas por la empresa Bonopark, el futuro del servicio público de bicicletas de Madrid es incierto.
Estas pérdidas se estiman en 300.000 euros al mes, a lo que hay que unir la necesidad de mantener el equilibrio económico de la concesión por valor de 3,6 millones de euros. Esta pérdida del equilibrio económico se achaca en gran medida a los actos vandálicos, que según Bonopark han mermado la disponibilidad del servicio y han propiciado que el Ayuntamiento deje de abonar la parte del canon variable -un 20%-, sujeta al cumplimiento de varios indicadores de calidad. El Ayuntamiento de Madrid afirmó en una de las últimas Juntas de Gobierno que existe la firme voluntad de mantener el servicio, sin especificar si la gestión del mismo será pública o privada. En este escenario, ¿cuáles son las debilidades del servicio que justifican su desmantelación? ¿Y las fortalezas que defienden su continuidad?