Con el objetivo de favorecer un tránsito por la ciudad más rápido y sin riesgos, el equipo del área de movilidad del Ayuntamiento de Pamplona ha presentado su propuesta de Plan de Movilidad Sostenible, un proyecto que implica la inversión de 4 millones de euros hasta 2019 para impulsar la creación de ejes sostenibles, concepto que aúna en una misma infraestructura la potenciación de carriles bici y de carriles de uso exclusivo para transporte público.
La propuesta de plan prevé actuar durante el próximo año preferentemente en dos ejes: Burlada-Barañáin y en el denominado Boulevard Sostenible de Pío XII. El concejal delegado de Ecología Urbana y Movilidad, Armando Cuenca, ha situado esta propuesta en la filosofía de ciudad 8-80, que implica un modelo de movilidad lo suficientemente seguro como para que una niña de 8 años y un jubilado de 80 puedan atravesar la ciudad de manera rápida y sin riesgos.
La propuesta de Plan de Infraestructuras Sostenibles plantea dos formas básicas de circulación en la ciudad, en línea con la nueva ordenanza: carril bici protegido en las arterias principales de la ciudad y ciclo-calles en las vías secundarias, limitadas a 30 km/h.
En el caso de los carriles bici protegidos, se plantea una separación mínima de 40 cm entre el carril y la circulación y una anchura de 2 metros. A eso se añaden las protecciones de goma sobreelevadas que impedirían que los vehículos a motor pudieran invadir el carril. El servicio apuesta además por carriles unidireccionales en el sentido de la marcha de los vehículos a motor.
La propuesta de plan se decanta igualmente por la integración del autobús en toda su planificación, en colaboración estrecha con el Servicio de Transportes de la Mancomunidad de Pamplona. Como planteamiento general, se trabajará en los ejes con un triple objetivo. En primer lugar, mejorar la velocidad comercial de los autobuses en cada intervención, generando carriles bus segregados en las arterias principales y eliminando el retranqueo de los autobuses en las paradas; en segundo lugar, generar carriles bici seguros y compatibles con el transporte público; finalmente, se busca mejorar la visibilidad de los pasos de cebra, reducir los tiempos de espera de los peatones en los cruces y garantizar que ninguna intervención se haga a costa del espacio del peatón.