El Àrea Metropolitana crea la ‘tarjeta verde’ para incentivar la baja de vehículos contaminantes.
El reto de hacer desaparecer los vehículos más contaminantes de Barcelona requiere incentivos potentes que convenzan a los propietarios. El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha dado un paso importante en ese sentido con un peculiar plan Renove. A partir del año que viene, los propietarios de los vehículos más contaminantes que decidan deshacerse de su viejo vehículo y convertirlo en chatarra serán premiados con tres años de transporte público totalmente gratuito.
Recibirán lo que se ha bautizado como tarjeta verde metropolitana, un nuevo título de transporte asociado a un DNI concreto que permitirá utilizar el metro, los autobuses de TMB e interurbanos, el tranvía y el resto de los servicios ordinarios de transporte público de la zona 1. El usuario de la tarjeta podrá ser el titular del coche que se da de baja o cualquier otro miembro de la unidad familiar siempre y cuando tampoco sea titular de un vehículo a motor.
Para conseguir la nueva tarjeta verde habrá que deshacerse de un coche diésel fabricado antes del 2006 (Euro 3) o de gasolina de más de veinte años, fabricado antes de 1997 (Euro 1). También se podrán acoger las motocicletas matriculadas antes de julio de 2004.
El desguace del viejo vehículo contaminante deberá ir asociado a la demostración de que no se ha comprado ninguno nuevo durante los seis meses anteriores y el compromiso de que tampoco se hará posteriormente. En el momento en el que el beneficiario de la tarjeta verde adquiera un coche nuevo –por muy pocas emisiones que emita– perderá los privilegios de los que dispone. El vicepresidente de Transporte y Movilidad del AMB, Antoni Poveda, apunta que la medida tiene un objetivo claro: “Hay que reducir el parque automovilístico e incrementar el uso del transporte público para tratar de mejorar la calidad del aire, que provoca 3.500 muertes prematuras cada año”.