La normativa, que busca reducir el impacto medioambiental, entrará en vigor durante el primer trimestre de 2020.
Luxemburgo tiene una ratio de casi siete vehículos por cada 10 habitantes, lo que sitúa al pequeño estado europeo en uno de los países del mundo con más coches (y el primero de la Unión Europea) teniendo en cuenta su densidad de población (viven alrededor de 560.000 personas en él). En España, sin embargo, se cuentan cinco coches por cada 10 habitantes.
Eso sí, Luxemburgo ha decidido tomar medidas y reducir el impacto ecológico de tanto vehículo circulando por sus calles. En ese sentido, se convertirá en el primer país del planeta en ofrecer todo el transporte público de forma gratuita. La normativa entrará en vigor en el primer trimestre de 2020, previsiblemente el 1 de marzo. En un principio, se pensaba implantar en el verano pasado, pero debido a que la mayoría de los luxemburgueses que viaja en transporte público lo hace con un abono anual han preferido aplazar la fecha.
Desplazamientos por trabajo
El motivo por el que el Gran Ducado se muestra tan movilizado es el desplazamiento de más de 200.000 personas cada día, que acuden a sus puestos de trabajo a los vecinos Bélgica, Francia y Alemania. No en vano, en los últimos 20 años, se ha duplicado el número de empleados que salen del país para trabajar fuera y gran parte de ellos lo hacen en sus propios vehículos.
Acabando con el coste de los billetes de tren, autobuses y tranvías, se busca «una movilidad sostenible y de alto rendimiento» que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero de cara a 2030. Por ello, para el Gobierno, este tipo de iniciativas se consideran «prioritarias».
En busca de los mismos objetivos ecológicos, en ciudades como la portuaria Dunquerque, en el norte de Francia, el transporte en autobús es gratuito, pero todavía no se había implementado una medida tan general como la que se llevará a cabo en Luxemburgo. En estos momentos, los menores de 20 años ya viajan gratis y un billete de 24 horas cuesta cuatro euros, siendo una de las tarifas más económicas de la Unión Europa. El tícket que cubre dos horas cuesta dos euros.
La nueva normativa supondrá una inversión inmediata de 41.000 euros, ya que se debe mejorar la infraestructura del transporte. Además, el mantenimiento de éste le supone al Estado un gasto de 491 millones de euros anuales, según el Ministerio de Transportes, a los que hay que añadir los 40 millones que dejará de ingresar por la venta de billetes. Aun así, el primer ministro, Xavier Bettel, cree que compensará con un mejor fluir del tráfico y la reducción de la contaminación.