Con la «nueva normalidad», los ciudadanos han apostado por un modelo de movilidad más personal y seguro, y el transporte público se ha blindado con medidas para evitar contagios.
La movilidad en las ciudades está cambiando. Tras el confinamiento provocado por la crisis del Covid-19 y la llegada de la «nueva normalidad», los ciudadanos han apostado por un modelo de movilidad más personal y seguro, hasta han desempolvado sus bicicletas, y el transporte público se ha blindado con medidas para evitar contagios.
«Los desplazamientos por carretera están recuperando cifras del pasado año. Este verano nos movíamos un 10% menos con respecto del año anterior, y ahora mismo estamos en un 5% menos del tráfico en carretera, y es algo bueno. Pero algo curioso que hemos detectado es un cambio en la edad. Es decir, el año pasado, era mayores de 65 años los que más incidentes tenían, y este año la edad ha bajado a los entre 18 y 37 años. Un cambio significativo «, ha detallado Pere Navarro, director general de la Dirección General de Tráfico (DGT) durante la ponencia de «Claves y tendencias de la movilidad sostenible del futuro» por la Semana Europea de la Movilidad 2020.
«En ciudad comprobamos una disminución de los desplazamientos, ya que ahora compramos por Internet, pedimos comida a domicilio y teletrabajamos, y eso es bueno: hemos visto una ciudad silenciosa, limpia y tranquila que deberíamos mantener. De hecho, se ha aprovechado esta disminución del tráfico, para ampliar aceras y ganar espacio para el peatón o poner carriles bici, que era necesario», ha añadido. «Es más, hay un boom de bicicletas y de matriculaciones de scooters por el miedo al transporte público», puntualizó.
Algo a lo que el delegado del Gobierno de Movilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, se dirigió directamente: «Todavía no he oído de ningún informe que dictamine que en el transporte público se haya dado el caso de contagios o algún brote. Considero que es muy seguro». Así que aboga por adaptar la ciudad a la movilidad intermodal, «que ha llegado para quedarse».
Por su parte, Pere Calvet, presidente de la Unión Internacional del Transporte Público (UITP), intervino queriendo potenciar la electromovilidad. «Queremos que los coches sean sostenibles y que la tasa de ocupación sea más eficiente. El momento de mayor congestión de la ciudad, el 30% de los vehículos son de entrega de mercancías -y probablemente nunca estamos en casa-, así que debemos gestionar también el transporte de última milla», detalló.
Algo a lo que José López-Tafall, director general de Anfac, puntualizó que «se deben gestionar bien en el tiempo la evolución de la electrificación. Es decir, llega el coche eléctrico, pero hace falta infraestructura, cargadores eléctricos para todos. Son objetivos demasiado ambiciosos, y España está a la cola de Europa en tema cargadores».
Carabente, ante esto último, finalizó, explicando sus claves para el futuro: «Tenemos que integrarnos todos en la movilidad y electromovilidad. Hace falta una dirección del Gobierno de tomar directrices comunes y no permitir que un Ayuntamiento tenga unas directrices y otro, otras muy diferentes. Y no hay cargadores. El 70% de los coches duermen en la calle, por lo que no tendrían acceso a un punto de recarga. Por eso, desde Madrid vamos a regular, por normativa, que, por ejemplo, todas las residencias, hospitales y ámbitos públicos tengan una infraestructura».