Los nuevos títulos,que comenzarán a operar en 2019, tienen más memoria, son más seguros y seadaptarán mejor a los cambios.
La Red de Consorcios de Transportes Metropolitanos de Andalucía ha iniciado el proceso de mejora de la tecnología de sus tarjetas, un proceso que supondrá la renovación de todas las canceladoras –ya sea enautobuses interurbanos, urbanos, metros y servicios marítimos-, con un coste total que alcanzará los nueve millones de euros, a sufragar de forma conjunta por cada consorcio. A esta cantidad se suman los 1,73 millones de euros que supone la compra de las nuevas tarjetas.
La tarjeta sin contacto actualmente en funcionamiento en la Red de Consorcios de Transporte de Andalucía ha demostrado su potencia a lo largo de los últimos diez años, alcanzando 1,6 millones de tarjetas operativas a día de hoy, un título basado en tecnología Mifare classic de 1k de memoria. Ahora bien, la atención a las necesidades de movilidad de los ciudadanos, la seguridad y la mejora de las funcionalidades de los medios tecnológicos son prioridades de los Consorcios de Transporte de Andalucía, de ahí que ahora la tarjeta de transporte cambie para dar respuesta tanto al transporte público colectivo, como a otros aspectos de movilidad, ya sea bicicleta pública, parking disuasorio, reserva de plazas o carsharing.
Por ello, los consejos de administración de los nueve Consorcios han acordado iniciar el proyecto de migración de la tarjeta actual a una más avanzada de tecnología Desfire EV2 con 4k de capacidad de memoria.
Para llevar a cabo este proyecto será necesario comprar y adaptar todos los sistemas de cancelación de los modos metropolitanos: autobús metropolitano, metro, servicio marítimo, autobús urbano, así como los sistemas de gestión asociados. Cada Consorcio se hará cargo de las actuaciones relativas a autobuses urbanos, metro y servicio marítimo, en su caso, mientras que la adaptación de los autobuses metropolitanos se va a acometer por razones de ahorro y eficacia de forma conjunta.
En definitiva, la nueva tarjeta ofrece mayor capacidad de memoria para poder responder a las nuevas funcionalidades de movilidad global de los usuarios; más seguridad, en tanto en cuanto la evolución de la tecnología obliga a la incorporación de nuevos mecanismos de protección frente al fraude; mayor rapidez, debido a la necesidad de reducir los tiempos de embarque, críticos en un servicio público de transporte; y flexibilidad, para adaptarse a posibles nuevos retos o condiciones que pudieran ir surgiendo con el transcurso de los años.
Este proyecto se ejecutará entre 2017 y 2018, de forma que en 2019 se compren las nuevas tarjetas y puedan ser utilizadas a lo largo de ese año. Las nuevas tarjetas coexistirán con las actuales y será durante el proceso de recarga presencial cuando se vaya produciendo la sustitución progresiva de las tarjetas al objeto de que no se produzca afección alguna alos usuarios.