El barrio del Poblenou de Barcelona ha estrenado este lunes la primera supermanzana del mandato de la alcaldesa Ada Colau, un conjunto de nueve manzanas en las que el tráfico se reduce hasta más de la mitad y la velocidad se reduce a 10 km/h. El objetivo es el mismo que el que se persigue triplicando la red de carriles bici, ampliando la red ortogonal de bus o apostando por el tranvía: echar coches de la calle.
Los vehículos cuentan con apenas un carril, y el resto del espacio, también el que hay en el centro de las intersecciones, es para peatones o bicis, siempre que circulen a menos de 10 km/h. En total, se ganan 8.500 metros cuadrados. La idea es pacificar las calzadas y reducir el tráfico a motor al mínimo imprescindible, tanto que ni si quiera los autobuses cruzan la supermanzana.
El consistorio ha elegido el distrito de Sant Martí para implantar hasta ocho supermanzanas. En el extremo suroeste de la ciudad, el tráfico a motor en esta zona es notablemente inferior que en el centro de la ciudad. De ahí que se comience por las zonas donde implantarlas será más fácil, porque el modelo que este lunes arranca en el Poblenou será mucho más complicado de aplicar en el Eixample. Fuera de Sant Martí, en un ambicioso plan el gobierno municipal habla de crear 10 supermanzanas en los próximos tres años.