El trabajo se basa en casi 2.000 encuestas a usuarios de bicicletas públicas y privadas.
Un estudio de la Universidad de Sevilla calcula en 550 millones de euros el beneficio socioeconómico que la red local de carril bici reportará a la ciudad de Sevilla durante los 25 años posteriores al inicio de su construcción, en 2006. Según este trabajo, publicado en la revista Land Use Policy, la rentabilidad social de la inversión pública realizada es del 130%.
«La promoción de la bicicleta ha sido sin duda la política más intensa vista en Sevilla en el siglo XXI en lo que se refiere al uso de terrenos públicos», asegura el catedrático de Economía José Ignacio Castillo, autor principal del estudio. La red ciclista de Sevilla cuenta hoy con 180 kilómetros, «más el espacio necesario para ubicar 260 estaciones de bicicletas públicas y los diferentes parkings que se han ido construyendo». Este «importante» consumo de suelo público suele ser el germen de una alta conflictividad social y sólo un retorno social positivo justificaría acometer las inversiones en infraestructuras ciclistas, según el profesor. Los trabajos como éste, que estima los retornos socioeconómicos de la construcción de la red sevillana, «sirven para ver que no se está tirando el dinero público», apunta.
El estudio ha sido realizado por el grupo de investigación Applied Economics & Management de la Universidad de Sevilla y se basa en algo más de 1.900 encuestas realizadas a ciclistas, usuarios tanto de la bicicleta pública como de la privada. Este trabajo, que se ha prolongado durante unos ocho meses, ha sido financiado con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea y por la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía. Se trata de la primera vez que se realiza una evaluación económica a largo plazo sobre la adopción de estas políticas por parte de una ciudad española.
Los autores del estudio han analizado tanto los costes de construcción y mantenimiento de las infraestructuras ciclistas como los derivados de una posible mayor siniestralidad vial debido a los accidentes entre ciclistas con peatones y automovilistas. Frente a estos costes se han cuantificado económicamente beneficios «indiscutibles», como el ahorro en los costes de uso y mantenimiento de vehículos a motor, el valor monetario del ahorro de tiempo en los desplazamientos por el uso de la bicicleta, especialmente frente a los usuarios de transporte público; la disminución de la mortalidad como consecuencia del mayor ejercicio físico o los menores costes asociados a la disminución de las emisiones contaminantes.
Una vez realizado todos los cálculos y estimaciones, los investigadores han obtenido que la rentabilidad social que se está consiguiendo con esta inversión pública es de un 130% de media, dando un retorno positivo estimado de unos 550 millones de euros para la ciudad de Sevilla.