Valencia estrenó el pasado viernes 3 de marzo el anillo ciclista, el carril que circunvala el centro histórico siguiendo el recorrido de las antiguas murallas de la ciudad, con el que quiere revolucionar el uso de la bicicleta. Desde las 7:00 de la mañana de ese día estuvo abierto por completo el nuevo carril, que en las semanas anteriores ya podía utilizarse en ciertos tramos.
El anillo ciclista, una reivindicación desde hace más de dos décadas del colectivo ciclista de la ciudad, se ha construido quitando un carril de los vehículos a motor en algunas de las principales calles de Valencia, como Colón, Guillem de Castro y Blanqueries.
Con una anchura de 2,5 metros y un recorrido total de 4,7 kilómetros, el anillo conecta, a su vez, con carriles bicis que unen el centro con los barrios de la ciudad, atravesando puentes como el del Real, el de Calatrava y el de Fusta. Entre el año pasado y el arranque de 2017 Valencia ha incorporado un total de 17 kilómetros de carril bici a su red ciclista, algunos de los cuales quedarán abiertos en las próximas semanas.
El Ayuntamiento ofrecerá el primer balance de uso del anillo ciclista en seis meses. Giuseppe Grezzi, concejal de Movilidad, ha augurado, no obstante, que con el despliegue del carril en toda la ciudad «y las conexiones bidireccionales se incrementará mucho el tránsito de bicicletas».
El Consistorio ha pintado de rojo las intersecciones más peligrosas en las que confluyen tráfico a motor, bicicletas y peatones. Grezzi ha mantenido que dicha pintura no es resbaladiza «y cumple los requisitos para que no haya ningún problemas para los motoristas».