El Observatorio de la Movilidad Metropolitana (OMM) está preparando un nuevo informe sobre las tendencias del transporte público en el año 2020 y avance del 2021, en el que se puede apreciar el efecto de la pandemia. El equipo de Conama habla sobre ello con su directora técnica, Cristina López.
El transporte público afronta a uno de los escenarios más complejos de los últimos años. A la pérdida de viajeros derivados de la pandemia, se une la escalada de precios de la energía surgida – entre otros factores, por la guerra de Ucrania- y la necesidad de seguir utilizando combustibles más respetuosos con el medio ambiente para paliar la crisis climática y contribuir a la descarbonización del transporte.
“Disponemos de datos de movilidad en una serie histórica en la que se puede constatar la evolución transporte público, los cambios en la oferta y la demanda, como se han ido integrando las distintas redes, se han digitalizado los servicios (apps, tarjetas de transportes, etc.) y cada vez más ciudades apuestan por combustibles más respetuosos con el medio ambiente”, adelanta su directora técnica, Cristina López, pero -recalca- “todavía queda mucho por hacer”. “Hay que recuperar muchos viajeros perdidos”, añade.
La pandemia mostró la vulnerabilidad del sistema de transporte público, que a pesar del gran esfuerzo que realizaron las ATP, pusieron de manifiesto nuevos hábitos de movilidad. El miedo al contagio, evitar masificaciones y las incomodidades del transporte público fueron las principales motivaciones para el cambio modal. Por lo que se produjo un incremento en la utilización de los modos individuales frente a los modos colectivo”, asegura la directora.
En otro orden de cosas, se estima que el gran incremento del precio de los combustibles derivado principalmente de la guerra de Ucrania, podría contribuir a un mayor uso del transporte público aunque a su vez, también se origina un aumento notable de los costes de explotación de éste. “Debemos optar por dar unos mensajes de confianza y concienciación para que los viajeros se sientan cómodos y seguros en el transporte público, como forma sostenible y saludable para la movilidad cotidiana”, propone la directora.
Por otro lado, la directora señala algunos de los avances que se están consiguiendo en materia de digitalización, sostenibilidad y accesibilidad; se están realizando grandes esfuerzos e inversiones para acelerar aún más la digitalización; la innovación también está llegando a la mejora en la tecnología del motor y de los combustibles para avanzar hacia la transición ecológica y en términos de accesibilidad, las ATP han mejorado sus instalaciones y servicios porque “eliminar las barreras, es esencial para que el servicio pueda llegar a todos”, según indica López.
En vistas a trazar un perfil de los viajeros, cabe mencionar que se mantiene la tendencia de una mayor participación de los modos ferroviarios, ya que, de un total de 3.848 millones de viajes en transporte público, 1.876 millones se realizaron en autobús, mientras que en modos ferroviarios se hicieron 1.972 millones de viajes.
En este sentido, el Observatorio trata de destacar los hábitos de movilidad más frecuentes para una mejor adaptación de la oferta a la demanda. También, “desde el OMM estamos trabajando para ofrecer los datos en abierto para que ayuden a la gestión del transporte”, concluye.
Fuente: Los retos del transporte público para superar la pandemia y la crisis energética (Web de Fundación Conama- Noticias).