Observatorio de la Movilidad Metropolitana

La Movilidad Sostenible ya es un derecho ciudadano

1911_Derecho

Durante los tres últimos lustros, los principales indicadores de calidad y seguridad de nuestra red viaria han empezado a empeorar.

Tras nuestra entrada en junio de 1985 en la hoy Unión Europea, las infraestructuras viarias españolas llegaron a convertirse en referencia europea por su calidad y seguridad. Sin embargo, durante los tres últimos lustros, los principales indicadores de calidad y seguridad de nuestra red viaria han empezado a empeorar.

La congestión ha aumentado significativamente y, consecuentemente, los conductores españoles pierden en los atascos de tráfico una media de 100 horas anuales. Según un estudio del Instituto de Prospectiva Tecnológica de Sevilla, los conductores de Barcelona perdieron una media de 119 horas/año, y en Madrid, Sevilla y Valencia perdieron respectivamente 105, 85 y 74 horas/año en atascos. Cuyo coste supera ya los 5.500 millones de euros anuales.

Los problemas de salud asociados a la contaminación, en gran parte debida al tráfico, acarrean más de 7.000 muertes al año. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana rebasan los límites aconsejados para los indicadores de contaminación urbana por tráfico.

En la Comunidad Valenciana alcanzamos un nivel de dióxido de nitrógeno de 48 (lo normal es de 40) y un nivel de partículas menores de 2’5 micras PM de 20 (cuando lo normal es de 10). El impacto económico agregado sobre el medio ambiente, como el ruido, el cambio climático y el deterioro de la naturaleza y paisaje, según un estudio conjunto de la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Alicante y la Universidad de Las Palmas, para FEDEA, se estima entre 5.500 y 10.000 millones de euros anuales.

La siniestralidad viaria en 2018 acarreó 102.299 accidentes de tráfico, en los que perdieron la vida 1.806 personas y otras 138.609 resultaron heridas. De ellas, 163 muertes fueron en la Comunidad Valenciana. Lo cual supone una tasa de siniestralidad de 3.800 accidentes de tráfico por millón de conductores, y 39 fallecidos por millón de habitantes.

Los costes relacionados con la siniestralidad vial (médicos, materiales, pérdida de capacidad productiva o costes humanos) han sido cuantificados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en unos 10.000 millones de euros anuales (coste fallecidos, 2.500 millones;; coste de hospitalizados, 4.500 millones; coste de heridos no hospitalizados, 3.000 millones).

Este empeoramiento del bienestar debido a la congestión, contaminación y siniestralidad es consecuencia principalmente tanto de la presión ejercida sobre la carretera, frente a otros medios de transporte, como a la tendencia hacia una mayor concentración urbana.

Actualmente, casi el 80% de la población española vive en ciudades, y va a más. En el área metropolitana de Valencia, cada persona hace una media de 2’6 desplazamientos al día, con un tiempo medio de 21 minutos por desplazamiento. Así pues, cada habitante del área metropolitana emplea diariamente 53 minutos, casi una hora, en desplazarse. Aplicando esta cifra a los días laborables al año, una persona dedica anualmente 213 horas, es decir, más de 9 días anuales en desplazarse. Queda evidente la relevancia de la movilidad cotidiana y la importancia en encontrar herramientas y modos de transporte eficientes y eficaces para facilitar este derecho básico.

 

Todo ello agravado por una insuficiencia de recursos públicos, para recuperar la inversión en mejora de los accesos a las ciudades, conservación y mantenimiento de carreteras.

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Tras nuestra entrada en junio de 1985 en la hoy Unión Europea, las infraestructuras viarias españolas llegaron a convertirse en referencia europea por su calidad y seguridad. Sin embargo, durante los tres últimos lustros, los principales indicadores de calidad y seguridad de nuestra red viaria han empezado a empeorar.

La congestión ha aumentado significativamente y, consecuentemente, los conductores españoles pierden en los atascos de tráfico una media de 100 horas anuales. Según un estudio del Instituto de Prospectiva Tecnológica de Sevilla, los conductores de Barcelona perdieron una media de 119 horas/año, y en Madrid, Sevilla y Valencia perdieron respectivamente 105, 85 y 74 horas/año en atascos. Cuyo coste supera ya los 5.500 millones de euros anuales.

Los problemas de salud asociados a la contaminación, en gran parte debida al tráfico, acarrean más de 7.000 muertes al año. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana rebasan los límites aconsejados para los indicadores de contaminación urbana por tráfico.

En la Comunidad Valenciana alcanzamos un nivel de dióxido de nitrógeno de 48 (lo normal es de 40) y un nivel de partículas menores de 2’5 micras PM de 20 (cuando lo normal es de 10). El impacto económico agregado sobre el medio ambiente, como el ruido, el cambio climático y el deterioro de la naturaleza y paisaje, según un estudio conjunto de la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Alicante y la Universidad de Las Palmas, para FEDEA, se estima entre 5.500 y 10.000 millones de euros anuales.

La siniestralidad viaria en 2018 acarreó 102.299 accidentes de tráfico, en los que perdieron la vida 1.806 personas y otras 138.609 resultaron heridas. De ellas, 163 muertes fueron en la Comunidad Valenciana. Lo cual supone una tasa de siniestralidad de 3.800 accidentes de tráfico por millón de conductores, y 39 fallecidos por millón de habitantes.

Los costes relacionados con la siniestralidad vial (médicos, materiales, pérdida de capacidad productiva o costes humanos) han sido cuantificados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en unos 10.000 millones de euros anuales (coste fallecidos, 2.500 millones;; coste de hospitalizados, 4.500 millones; coste de heridos no hospitalizados, 3.000 millones).

Este empeoramiento del bienestar debido a la congestión, contaminación y siniestralidad es consecuencia principalmente tanto de la presión ejercida sobre la carretera, frente a otros medios de transporte, como a la tendencia hacia una mayor concentración urbana.

Actualmente, casi el 80% de la población española vive en ciudades, y va a más. En el área metropolitana de Valencia, cada persona hace una media de 2’6 desplazamientos al día, con un tiempo medio de 21 minutos por desplazamiento. Así pues, cada habitante del área metropolitana emplea diariamente 53 minutos, casi una hora, en desplazarse. Aplicando esta cifra a los días laborables al año, una persona dedica anualmente 213 horas, es decir, más de 9 días anuales en desplazarse. Queda evidente la relevancia de la movilidad cotidiana y la importancia en encontrar herramientas y modos de transporte eficientes y eficaces para facilitar este derecho básico.

 

Todo ello agravado por una insuficiencia de recursos públicos, para recuperar la inversión en mejora de los accesos a las ciudades, conservación y mantenimiento de carreteras.

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