Es evidente el buen hacer de las ATP, ya que han logrado aumentar el uso del transporte público en todas las ciudades. Asimismo, también es importante la coordinación entre los diversos modos, y se constata el esfuerzo de inversión, sobre todo en medios ferroviarios. Esto se ha conseguido en un contexto adverso, de dispersión metropolitana de localización de actividades.

En este proceso, las ATP y los operadores y administraciones regionales y locales deben trabajar juntas para buscar soluciones innovadoras, diseñadas ad hoc para cada situación. El abanico de soluciones es amplio, pero hay que buscarlas con sentido común, conocimientos técnicos, ideas nuevas, y participación pública. También desde las ATP se pueden dinamizar e impulsar otras políticas complementarias para la movilidad sostenible: bicicleta y marcha a pie.